Sunday, March 25, 2012

Ejercicio 5. El circo

Desarrollar un cuento que tenga como eje central el circo.



Hacía 5 años no venía el circo al pueblo y la pequeña Carol estaba entusiasmada con la idea de poder conocerlo, nunca había ido, pero le habían hablado de personas capaces de hacer cosas extraordinarias: “Hay una mujer capaz de doblarse y meterse en una pequeña caja de vidrio donde ni siquiera tú cabrías – le dijo su prima Gloria que era algunos años mayor que ella – “y un señor que doma un león gigante”, cada vez que Carol escuchaba algo así, se imaginaba un mundo mágico, donde lo que muchos años le habían hecho creer que era imposible se hacia realidad,
Tanto le habían hablado del circo que Carol comenzó a fantasear con la idea de fugarse, de vivir allí, sentía –aun sin conocerlo- que era el lugar al que pertenecía, y ese deseo de formar parte del circo, comenzó a cavar profundo en su mente.

En el noticiero lo anunciaban, y pasaban pequeños fragmentos de espectáculos anteriores donde se podía ver el señor que era capaz de domar leones, y después de mucho ver el anuncio decidió que no solo iba a fugarse con el circo, sino que además sería la primera domadora de leones.

Practicaba con su pequeño french poodle, lo obligada a pasar un alambre en llamas, en secreto. Un día mientras hacía este acto, que ya se había convertido en parte de su rutina, su madre sintió el olor de algo que se quemaba y fue a dar un vistazo al cuarto de Carol, cuando vio el pequeño poodle saltando por un aro en llamas que Carol sostenía, dio un grito astronómico, no podía creer lo que veían sus ojos y comenzó a pensar que su hija estaba loca, Carol le decía que solo practicaba su acto, y con cada explicación que Carol le daba a su madre, ella menos entendía.
Sus padres preocupados, decidieron llevarla a tratamiento psicológico, al final del tratamiento el psicólogo concluyó que solo era un deseo de la niña, que todo estaba bien y que nada malo estaba pasando.

Tras mucha ausencia practicando su acto, Carol supo que no podía seguir intentando con su poodle, entonces, cada día se fugaba de su casa tomaba el gato del vecino prestado, se encerraba en las antiguas instalaciones del ferrocarril cerca a su casa y comenzaba a domarlo, tras cinco días de intentar y no obtener resultados se dio por vencida y dejó de intentarlo, se dio cuenta que intentar domar un gato era una causa perdida y mejor decidió sentarse a esperar.

El día por fin llegó, Su padre había comprado asientos para toda la familia, y Carol daba salticos de felicidad. La función iniciaba a las 6 30 p.m y estuvieron allí puntuales, ingresaron a la carpa, se ubicaron en sus respectivos asientos y el espectáculo comenzó, primero fue el acto del payaso, con el que soltaron incontables carcajadas, era solo el comienzo y Carol tenía claro que cuando terminara la función iba a esconderse allí, para fugarse con ellos, siguió el acto de los perros que sabían matemáticas, era una cosa increíble, pero el acto que Carol más esperaba, el del señor domador de leones, aún no lo presentaban, después vino el de las motos en el globo de la muerte, el de la equilibrista y el malabarista y por fin, apareció el señor domador de leones, a Carol le bastaron dos segundos para conocerlo, sintió que su corazón se detenía, era un sueño hecho realidad, y sacaron al gigante león, efectivamente era tan grande como su prima le había dicho, el acto del señor era impresionante, era como si el león y él fueran uno solo, se sincronizaban con cada movimiento, el público estaba anonadado y en la parte donde el domador ponía su cabeza dentro de las fauces del león, el león cerró sus mandíbulas con tanta fuerza que fue imposible para el domador lograr soltarse, el evento pasó de agradable a siniestro, se escuchaban gritos por todos lados y mucho llanto, la conmoción se apoderaba del mundo, todos buscaban la salida de aquella capilla sin lograr convencerse de que lo acontecido hubiera sido real y el circo, cerró para siempre.

Carol dejó de fantasear con la idea de fugarse con un circo y más aún la de ser una domadora de leones, porque en su cabeza, a sus escasos 9 años, creyó que el único fin posible para un domador de leones, era una muerte horripilante, que involucraba perder la cabeza de una manera literal.

No comments:

Post a Comment